A pesar de que una de cada tres mujeres en el Ejército de Estados Unidos confiesa haber sido violada mientras servía a su país, el Senado decidió no votar sobre la enmienda que permitiría a las víctimas de esta violencia someterse a un aborto pagado por el Estado.
Mientras que las empleadas civiles del Gobierno poseen este derecho, las militares, no.
Para cambiar la situación la senadora Jeanne Shaheen había propuesto una enmienda a la Ley de Autorización de Defensa Nacional (que entre otras cosas establece que todo ciudadano estadounidense sospechoso de terrorismo capturado dentro o fuera del país permanezca bajo custodia militar), pero el Senado prefirió no someter a votación esta cuestión.
Una ley que garantizaba protección de las víctimas de violaciones en el Ejército ya existía en la legislación estadounidense, pero dejó de estar vigente en 1984. La ley actual, introducida en 1996, permite al personal médico militar practicar abortos solo en el caso de que exista amenaza para la vida de la madre. Según Jeanne Shaheen, “esta política es muy injusta para las más de 200.000 mujeres que prestan servicio en nuestro Ejército”. Asimismo, la senadora expresó su intención de continuar la lucha por llamar la atención sobre este problema.
Mientras que Shaheen y otros activistas continúan este combate, miles de mujeres son sometidas al acoso sexual cada año en las Fuerzas Armadas. El Departamento de Defensa informa que en el año 2010, 3.000 asaltos sexuales fueron denunciados en las filas del Ejército, con una cuarta parte de estos asaltos considerado como violación. Casi el 90% de estos casos no se llegan a conocer.
Fuente: RT
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