Las separaciones de parejas y rupturas familiares tras las fiestas navideñas están más latentes, debido a que la gente acaba bebiendo más de la cuenta y toca temas que no debería haber comentado, aseguran los especialistas.
En Navidad "soportamos mucho estrés:
"Es una época complicada porque hay cierta presión social para que estemos contentos y no siempre uno lo está, porque los problemas no desaparecen en estos días", agrega. "Normalmente en todos los períodos de vacaciones hay más problemas… hay más parejas y familias que se rompen", señala.
La especialista explica que uno de los motivos de los conflictos es que "bebemos más de la cuenta, metiendo la pata, sacando temas que no deberíamos haber comentado".
Además, la psicóloga indica que hay más probabilidades de peleas con la familia política que con la de origen. "Si decidimos ir con nuestra familia de origen, esta nos sigue dando pautas de cómo debemos comportarnos. Por qué haces esto así, cuándo vais a tener niños (…) Esto se lo permites a tu madre, pero no a tu suegra", asegura.
Los suegros y cuñados son los principales allegados con los que se suele discutir en estas fechas. La cuestión es que "los límites no están claros en estas reuniones y no siempre todos los que nos reunimos nos caemos bien, con lo que pueden surgir fricciones. Bebemos más y estamos más desinhibidos, con lo que se pueden reabrir viejas heridas", agrega.
Fuente: RT
compromisos familiares y laborales, hay que gastar mucho dinero porque si no, no está bien visto, hay que hacer muchos preparativos", comenta la psicóloga y terapeuta familiar Blanca Matalobos en una entrevista con el diario español El Confidencial.
"Es una época complicada porque hay cierta presión social para que estemos contentos y no siempre uno lo está, porque los problemas no desaparecen en estos días", agrega. "Normalmente en todos los períodos de vacaciones hay más problemas… hay más parejas y familias que se rompen", señala.
La especialista explica que uno de los motivos de los conflictos es que "bebemos más de la cuenta, metiendo la pata, sacando temas que no deberíamos haber comentado".
Además, la psicóloga indica que hay más probabilidades de peleas con la familia política que con la de origen. "Si decidimos ir con nuestra familia de origen, esta nos sigue dando pautas de cómo debemos comportarnos. Por qué haces esto así, cuándo vais a tener niños (…) Esto se lo permites a tu madre, pero no a tu suegra", asegura.
Los suegros y cuñados son los principales allegados con los que se suele discutir en estas fechas. La cuestión es que "los límites no están claros en estas reuniones y no siempre todos los que nos reunimos nos caemos bien, con lo que pueden surgir fricciones. Bebemos más y estamos más desinhibidos, con lo que se pueden reabrir viejas heridas", agrega.
Fuente: RT
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