Paralelamente a la capacidad financiera de los países europeos, en miles de casas británicas bajan también las temperaturas debido a que muchas familias se ven obligadas a reducir el consumo de electricidad para poder pagar las facturas.
Julie Henry, una madre soltera, con cuatro hijos y sin el apoyo de su pareja, ha tenido que ingeniárselas para estirar su magro sueldo y cubrir todos los gastos.
Parte de la solución pasa por reducir el consumo de electricidad en casa. Dice que lo peor en ese sentido son los inviernos. Para llegar a fin de mes, ha tenido que reducir el uso de la calefacción a dos horas diarias. Y pese a que esto ayuda a su presupuesto, no beneficia mucho al futuro de sus hijos.
“Se ponen jerséis y calcetines, pero ni aún así pueden dormir, porque la casa está demasiado fría. Se acuestan tarde y se despiertan tarde y no se pueden concentrar. Dos de mis hijos tienen muchos problemas en la escuela: están cansados y los maestros los castigan, además estornudan sin parar. Uno de ellos, Matthew, incluso tiene asma”, cuenta Julie.
Esta familia es una de las más de 800.000 que han decidido emplear con limitaciones las comodidades cotidianas para poder pagar las facturas. Julie se queja de que las tarifas de la luz y la calefacción se han duplicado en los últimos tres años. Y por mucho que quisiera ya no tiene más formas de seguir apretándose el cinturón: “El dinero se me va sobre todo en pagar las facturas, comprar la comida y los uniformes escolares. No se puede ahorrar más. Los niños tienen que comer, y son cuatro. Me veo obligada a reducir el consumo de electricidad, asimismo intento recortar otros gastos, pero sigo sin poder llegar a fin de mes.”
Las ayudas del Gobierno no llegan a todos
Para evitar daños en la salud de los que viven en hogares fríos, el Gobierno del Reino Unido puso en marcha un programa dirigido a las familias de bajos recursos para ayudarles a pagar la calefacción. Sin embargo, las estadísticas de la organización no gubernamental Save The Children revelan que solo un 3% de las familias más necesitadas recibe este subsidio y se trata solo de jubilados. Save The Children asegura que en el resto de los casos el proceso para solicitar esta subvención es demasiado complejo y, por ello, seguirán luchando para hacerlo más accesible a las familias que necesitan la ayuda.
La organización advierte de que esta situación puede acarrear serios problemas para los más pequeños: “Criarse en un hogar frío y húmedo afecta gravemente al bienestar y a la salud física y mental de los niños. Además, repercute en su rendimiento escolar y en las futuras oportunidades que puedan encontrar en la vida”.
Fuente: RT
Julie Henry, una madre soltera, con cuatro hijos y sin el apoyo de su pareja, ha tenido que ingeniárselas para estirar su magro sueldo y cubrir todos los gastos.
Parte de la solución pasa por reducir el consumo de electricidad en casa. Dice que lo peor en ese sentido son los inviernos. Para llegar a fin de mes, ha tenido que reducir el uso de la calefacción a dos horas diarias. Y pese a que esto ayuda a su presupuesto, no beneficia mucho al futuro de sus hijos.
“Se ponen jerséis y calcetines, pero ni aún así pueden dormir, porque la casa está demasiado fría. Se acuestan tarde y se despiertan tarde y no se pueden concentrar. Dos de mis hijos tienen muchos problemas en la escuela: están cansados y los maestros los castigan, además estornudan sin parar. Uno de ellos, Matthew, incluso tiene asma”, cuenta Julie.
Esta familia es una de las más de 800.000 que han decidido emplear con limitaciones las comodidades cotidianas para poder pagar las facturas. Julie se queja de que las tarifas de la luz y la calefacción se han duplicado en los últimos tres años. Y por mucho que quisiera ya no tiene más formas de seguir apretándose el cinturón: “El dinero se me va sobre todo en pagar las facturas, comprar la comida y los uniformes escolares. No se puede ahorrar más. Los niños tienen que comer, y son cuatro. Me veo obligada a reducir el consumo de electricidad, asimismo intento recortar otros gastos, pero sigo sin poder llegar a fin de mes.”
Las ayudas del Gobierno no llegan a todos
Para evitar daños en la salud de los que viven en hogares fríos, el Gobierno del Reino Unido puso en marcha un programa dirigido a las familias de bajos recursos para ayudarles a pagar la calefacción. Sin embargo, las estadísticas de la organización no gubernamental Save The Children revelan que solo un 3% de las familias más necesitadas recibe este subsidio y se trata solo de jubilados. Save The Children asegura que en el resto de los casos el proceso para solicitar esta subvención es demasiado complejo y, por ello, seguirán luchando para hacerlo más accesible a las familias que necesitan la ayuda.
La organización advierte de que esta situación puede acarrear serios problemas para los más pequeños: “Criarse en un hogar frío y húmedo afecta gravemente al bienestar y a la salud física y mental de los niños. Además, repercute en su rendimiento escolar y en las futuras oportunidades que puedan encontrar en la vida”.
Fuente: RT
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